miércoles, 8 de agosto de 2012

Criticas destructivas: Una de cal y una de avena


MINEROS es una obra que se estrenó este año en el teatro Metropolitan 1 en la calle Corrientes. Su elenco está formado por “grandes” actores, sobre todo por la edad, Hugo Arana, Darío Grandinetti, Juan Leyrado y Jorge Marrale. Aunque por momentos el espectador teme que alguno tenga un síncope en escena, tranquilos que eso no sucederá. La dirección está muy bien llevada a cabo por el reconocido Javier Daulte, a quién parece que le encanta la temática de cuatro amigos jovatos, un buen guión con moraleja y sobre todo la participación de sus actores fetiches, con quienes repite la exitosa formula de Baraka. El libro original The Pitmen Painters, es del escritor inglés Lee Hall y no tiene demasiadas críticas para hacerle, es un texto sentimental pero real que deja en claro de que se trata el verdadero arte.
Básicamente la obra consiste en un caso de real de mineros que por casualidad deciden tomar clases de arte con un profesor muy particular compuesto por Marrale, que les va mostrando que el arte no se enseña ni se aprende, se siente, se interpreta y se vive. No hay sólo una lectura de un cuadro y en la mayoría de los casos ni siquiera el pintor sabe por qué hizo lo que hizo. Y eso es porque el arte no tiene lógica ni sentido, trasciende la razón para percibirse e instalarse en otras partes del cuerpo.  Cuando se habla de artistas queda claro que no importa condición social ni formación, pero si es necesario una capacidad especial de observación sumada a una gran sensibilidad y ese no sé qué que poseen los grandes que por algo llegan lejos.
Los mineros se debaten entre el éxito en la pintura, talento que desconocían, o continuar con sus vidas a las que están acostumbrados y a la que le deben todo lo  que son. En el medio una destacable actuación de Hugo Arana que claramente deja atrás a sus compañeros y un reconocimiento al hijo de Grandinetti, Juan,  que hace un papel chico pero bien actuado, convirtiéndose en esos actores que demuestran que no hay papeles chicos sino actores pequeños. Por su parte Grandinetti adulto podría pedirle consejos a su hijo, ya que su personaje esta forzado y muchas veces cae en el cliché de hombre bruto pero con un corazón de oro. El resto del elenco esta bien, ahí, justito, creíble pero no destacable.
La obra tiene humor, drama, es llevadera en toda su extensión y lo más importante, tiene una escenografía soberbia. BRAVO y felicitaciones a los encargados de esa maravilla, si bien no es Steven Spilberg, los cambios de paneles son perfectos, los recursos muy originales y el momento en que meten a los actores y público dentro de un cuadro de Van Gogh parece un sueño hecho realidad.
Conclusión: Vayan a verla, realmente vale la pena!!!      Puntuación:  4 /5
                                
HIJA DE DIOS: “Esta obra se pensó como un regalo para mi papá”, dijo Dalma Maradona en la conferencia de prensa que brindó a periodistas y amigos el 14 de junio sobre el escenario del teatro SHA, donde presentó la obra especialmente para su familia.
Calculo que ningún espectador le podrá discutir a Dalmita que la obra es por y para papá, si sos mujer y pensas que tenes un Edipo no resuelto, anda a ver esta obra y te vas a quedar tranquila, tu caso puede ser grave, pero sin duda, no es el peor.
Hija de Dios es un monólogo de Dalma Maradona, dirigido por Erika Halvorsen, quién también la ayudó a escribir y con una participación de sostén o colaborativa de Mariano Bicain. Según la nena devenida en joven porque ya cuenta con 25 añitos, sus amigos y/o compañeros de teatro y de la vida le insistían hace mucho tiempo que debía hacer algo con las anécdotas (miles) de su papá y de su particular familia. Claro que sin Diego, todo esto carecería de interés. “Tanto insistir me convencieron y me animé”, dijo Dalma Nerea cuando le preguntaron por qué ahora.
La mayor de las hijas del Diego se recibió el año pasado del IUNA, uno de los Institutos más reconocidos en la formación artística. Por supuesto estudiar allí no alcanza para asegurar un talento “in scene”, hace falta tener algo especial que por más que se venga de un esperma de Dios (como alguien le dijo a Dalmi una vez) si no se tiene, no se tiene. Entendemos que es difícil hablar de uno mismo frente a un público por mas actor que se sea, pero la joven exagera, sobreactúa y por momentos hasta parece desganada. Ni siquiera los recursos de diálogo con el actor que la acompaña son creíbles. Cabe destacar que él tampoco ayuda en materia de método actoral. Solo algunas anécdotas son divertidas, generalmente cuando se tratan de alguna “genialidad” dicha por el Diego, entonces uno no sabe si el espectador se ríe por el buen trabajo de la actriz o por la mención del mejor jugador de fútbol. La obra se hace larga, y no porque en tiempo real dure mucho, sino porque es una hora y diez escuchando “Cuando yo, y yo, y mi papa, y yo, y le dije, y me dijo…”
Tampoco queda claro a quien además de su familia, por supuesto, puede interesarle tanto relato íntimo irrelevante. Calculo que habrá fanáticos que lo disfrutaran pero si no conoces ni te interesa mucho la vida de los Maradona te aconsejo que te mantengas alejado de la calle Sarmiento donde todos los viernes y sábados se presenta a las 20.30.
En la conferencia de prensa donde hablo Diego, un periodista le pregunto si le gustaría ser parte de la obra de Dalma, a lo que ella refuto con señas, pero a él pareció gustarle la idea. Nosotros le recomendaríamos a la nena que lo piense, ya que la entrevista con el 10 fue lo más divertido de esa noche. Creo que el dúo sí funcionaría en escena.
Conclusión: Si sos una persona que espera ver una buena obra de teatro con un lindo guion y que te emocione, no vayas, busca otra opción que hay muchas. Si el buen arte te chupa un huevo, y sos un admirador de fútbol y sobre todo del más grande de todos los tiempos, este es el lugar donde el teatro ha hecho algo productivo para ti.
Puntuación: 2/5         

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